Pasad al minuto 93. No hay dobles, es el mismo tio cabrón haciendo el calvo encima de un tren con esa edad, mientras que la mayoria de actores no se atreve ni a mojarse el ojete. Increible
(Issur Daniélovich Demsky; Amsterdam, Nueva York, 1916)
Actor de cine estadounidense, uno de los nombres míticos del melodrama
del Hollywood clásico. El hijo del trapero, como suele
presentarse con orgullo, hizo su debut en Broadway en 1941, pero después
de interpretar pequeños papeles se alistó en el ejército para combatir
en la Segunda Guerra Mundial. En 1945 volvió a Broadway con papeles
cortos, y trabajó en la radio, antes de pasar al cine el año siguiente,
ya con el nombre artístico de Kirk Douglas. En 1949 se consagró como
estrella de primera línea con la convincente interpretación de un
boxeador sin escrúpulos que se abre paso hacia la cima en El ídolo de barro.
Era el tipo de personaje que mejor interpretaría en los siguientes
filmes: arrogante, egoísta, apasionado, fuerte y egocéntrico. Fue
nominado al Oscar por El ídolo de barro, Cautivos del mal y El loco del pelo rojo.
En 1955 fundó su productora, con la que produjo tanto sus películas
como las de otros, y a principios de los años 70, cuando aún
interpretaba papeles protagonistas, se embarcó en la dirección
cinematográfica.
Nacido en una humilde familia de emigrantes,
Kirk Douglas estudió en la Universidad de St. Lawrence entre 1935 y
1939. Tras licenciarse en Artes, ingresó en la Academy of Dramatic Arts,
en la que estudió interpretación durante dos años. En 1943 se casó por
primera vez con Diana Hill, de la que se divorció en 1951 y con quien
tuvo dos hijos: Joel y el también actor y productor Michael. Mientras
asistía a las clases de interpretación comenzó su carrera como actor en
obras de aficionados en Nueva York y Pensilvania y como profesor de
teatro en el House Settlement, en el barrio de Greenwich.
En 1941 debutó en Broadway con la obra Spring Again. Entre sus primeras obras en el teatro destaca la titulada Las tres hermanas, en la que aparece bajo el seudónimo de George Spelvin Jr.
Durante la Segunda Guerra Mundial se alistó en la marina y llegó a
alcanzar el grado de teniente, y fue al finalizar el conflicto cuando
debutó en el cine, dando vida al amargado marido de Barbara Stanwyck en
el melodrama dirigido por Lewis Milestone El extraño amor de Martha Ivers (1946).
Su segundo papel en la pantalla grande le llegó en Regreso al pasado
(1947), de Jacques Tourneur. Ese mismo año firmó un contrato de cinco
años con el productor independiente Hal B. Wallis, pero lo rompió apenas
un año después. En El ídolo de barro (1949), de Mark Robson,
tuvo su primer papel protagonista, con el que dio a conocer su vigoroso
físico y el característico hoyuelo de su barbilla. Interpretaba a un
boxeador cuyo carácter se adaptaba perfectamente a las características
de su personalidad cinematográfica: ambicioso, luchador y sin demasiados
escrúpulos. Con este filme consiguió su primera nominación al Oscar de
la Academia.
Tras firmar un contrato en exclusiva para la
Warner Brothers, protagonizó una serie de películas que consolidaron su
posición en el estrellato, como Young man with a horn (1950),
biografía cinematográfica del trompetista de jazz Bix Beiderbecke
dirigida por Michael Curtiz y en la que Douglas compartía cartel con
Lauren Bacall y Doris Day. Uno de sus primeros grandes personajes fue el
del periodista Chuck Tatum en El gran carnaval (1951), de Billy
Wilder, que retrasa el rescate de un hombre sepultado en una cueva para
conseguir su gran reportaje y recuperar el prestigio perdido.
Kirk Douglas en El gran carnaval (1951)
En Cautivos del mal (1952), de Vincente
Minnelli, añadía un toque de sofisticación a la línea de sus personajes
duros e inflexibles, en un papel por el que obtuvo su segunda nominación
al Oscar; interpretaba al productor de cine Jonathan Shields, que
manipula y casi destruye las vidas de sus más directos colaboradores (su
director, su guionista y su estrella, interpretada por Lana Turner)
para conseguir los mejores resultados artísticos.
Minnelli se convirtió en uno de los directores fundamentales de su carrera: ambos volvieron a colaborar en El loco del pelo rojo
(1956), biografía del pintor Vincent Van Gogh por la que Douglas, en
una de sus grandes interpretaciones, obtuvo su tercera nominación al
Oscar, así como el premio de la crítica de Nueva York. Anthony Quinn le acompañaba interpretando a su amigo, el también pintor Paul Gauguin. Dos semanas en otra ciudad
(1962) fue la tercera y última de las colaboraciones del director y la
estrella. Ambientada en el mundo del cine, Douglas da vida en ella de
forma extraordinaria a un actor en decadencia que lucha desesperadamente
por una última oportunidad.
Fotograma de El loco del pelo rojo (1956)
En 1954 Kirk Douglas se casó con Anne Badyens,
con quien tuvo dos hijos, Peter y Eric. Durante los años cincuenta
interpretó, bajo las órdenes de algunos de los mejores directores del
momento, una serie de papeles que forjaron su leyenda como actor y le
convirtieron en uno de los favoritos del público y la crítica durante
este período. Brigada 21 (1951), filme policíaco dirigido William Wyler, o Río de sangre (1952), en el que trabajó a las órdenes de Howard Hawks, son dos de los títulos que más fama le valieron.
Su fuerza y carácter le hicieron destacar en el
western, género en el que merecen especial mención sus colaboraciones
con el director John Sturges. La primera de ellas fue Duelo de titanes (1957), en la que interpretaba a Doc Holliday en una revisión del mítico duelo en el O.K. Corral; en la segunda, El último tren de Gun Hill (1959), daba vida a un sheriff que persigue a los asesinos de su esposa india. También dentro del género del western protagonizó La pradera sin ley
(1955), de King Vidor, en la que interpretaba a un cowboy que lucha
contra el acoso de la civilización y el vallado con alambre de los
campos.
Si el papel que le dio Vincente Minnelli fue
fundamental en su carrera, no menos importante resultó su colaboración
con Stanley Kubrick. Senderos de gloria (1957) fue su primer
trabajo en común. Escrita por el propio Kubrick en colaboración con el
gran escritor de novelas policíacas Jim Thompson, su virulento
anitimilitarismo impidió su producción hasta que Kirk Douglas se
interesó personalmente en el proyecto y decidió producirlo a través de
su compañía, la Bryna Productions, rebajando su salario a novecientos
mil dólares, casi un tercio de lo habitual.
Senderos de gloria cuenta la historia del
coronel Dax, enviado durante la Primera Guerra Mundial a una misión
suicida y bombardeado durante la retirada por su propia artillería. Tres
años más tarde volvió a colaborar con Kubrick en Espartaco
(1960). Douglas interpretaba al esclavo que se subleva contra el poder
de sus amos en la Roma imperial; fue uno de los grandes papeles de su
carrera. Laurence Olivier y Tony Curtis
completaban el reparto. En ambas películas interpretaba con su habitual
intensidad a un héroe de voluntad de hierro, un líder noble que sufre
al final una injusta derrota.
En Espartaco (1960), de Stanley Kubrick
Dentro de las películas producidas por Douglas destaca otro espectáculo épico, Los Vikingos
(1962), de Richard Fleischer. Rodada en Europa y protagonizada por Tony
Curtis, Ernest Borgnine y Janet Leigh, además del propio Douglas, se
encuentra entre las películas más violentas películas de su filmografía.
Durante los años sesenta, y gracias a la posición de privilegio
alcanzada en Hollywood, ejerció un mayor control artístico y comercial
sobre sus películas, muchas de ellas producidas por él mismo. En este
período destacó especialmente Siete días de mayo (1964), de John
Frankenheimer, en la que interpretaba a un patriótico oficial de
personalidad oscura que desvela un complot militar para derrocar al
presidente. Comenzó también por esta época a trabajar ocasionalmente en
televisión.
Su fuerte personalidad le llevaba a chocar a
menudo con los directores; en los setenta decidió arriesgarse y comenzar
a dirigir sus propios filmes. Debutó en esta faceta con Pata de palo (1973), que constituyó un sonoro fracaso. Entre su producción como director destacó Los justicieros del Oeste (1975), western convincente y demoledor en el que volvía a interpretar a un hombre egoísta y ambicioso.
Ninguno de los filmes protagonizados por Douglas
desde los años setenta tuvo el impacto de sus anteriores películas; sin
embargo, el actor supo mantenerse como uno de los intérpretes de
primera fila de su generación. En los últimos años de carrera Kirk
Douglas dedicó buena parte de sus energías a la producción, así como a
la escritura de su biografía, titulada El hijo del trapero y publicada en 1988.
En 1981 recibió la Medalla de la Libertad,
otorgada por el presidente de Estados Unidos, y en 1985 la Legión de
Honor de la república de Francia, como reconocimiento a uno de los más
grandes actores de la historia reciente del cine americano, capaz de
interpretar con igual intensidad héroes o villanos. En 1996, la Academia
de Hollywood le concedió un Oscar por su carrera cinematográfica y en
2001, el Festival de Cine de Berlín le entregó el Oso de Oro en
reconocimiento al conjunto de su trayectoria como actor. Dos años
después, el patriarca del clan Douglas interpretó junto a su hijo
Michael It runs in the family.
Y de postre 10 curiosidades, por si no quereis leeros todo
-Aunque nació en Nueva York, su verdadero nombre es Issur Danielovitch Demsky,
ya que sus padres Jacob y Byrna, ambos rusos, llegaron a Estados Unidos
en los primeros años de siglo XX, huyendo de un Moscú en llamas. El
título de su autobiografía, «El hijo del trapero» (1988),
procede del oficio que tuvo que adoptar su padre porque «a los judíos
les estaba prohibido trabajar en las fábricas en aquella época».
-Celebró su Bar Mitzvah (rito judío de iniciación a la madurez) dos veces: a los 13 y a los 83 años, como gesto de arrepentimiento por no haber practicado lo suficiente el judaísmo durante su madurez.
-Sus escasos 175 centímetros de estatura
le hicieron utilizar alzas y plantillas en numerosas ocasiones. Una vez,
su habitual compañero de reparto (coincidieron hasta en siete
películas, casi todas del Oeste), aunque nunca amigo, Burt Lancaster las descubrió y difundió durante un rodaje, lo que provocó la ira de Douglas.
-Su ídolo declarado fue el presidente Harry S. Truman, aunque asistió en persona al funeral de Ronald Reagan (junto a otros actores como Charlton Heston, Tom Selleck y Arnold Schwarzenegger) el 11 de junio de 2004. También es amigo íntimo de Jimmy Carter. Su afinidad demócrata le provocó numerosas discusiones con John Wayne, republicano convencido.
-Estuvo a punto de subir en el avión privado del productor Michael Todd, que sufrió un accidente en 1958, falleciendo todos sus ocupantes. También se libró in extremis la esposa de Todd: Elizabeth Taylor. En 1991 sobrevivió a un accidente de helicóptero en el que murieron dos personas.
-En «Acorralado» (1982), iba a interpretar al Coronel Trautman, pero finalmente renunció porque los productores se negaron a aceptar su propuesta de que John Rambo falleciera
al final del filme, como sucede en la novela original. Por culpa de
ello, tuvimos que sufrir tres secuelas más de la saga (de momento).
-A finales de los 80, ganó 50.000 dólares por pronunciar una única palabra en un anuncio japonés: «Café». Además, en inglés. Respecto al tabaco, fue un fumador empedernido, pero cortó de cuajo sus tres cajetillas diarias en 1950, cuando su padre falleció a los 72 años de cáncer de pulmón.
-Rechazó los papeles que interpretaron William Holden en «Traidor en el infierno» (1953) y Lee Marvin
en «La ingenua explosiva» (1965), y por los que ganaron sendos Oscar.
También rehusó producir la adaptación cinematográfica, aunque él mismo
la había interpretado sobre el escenario, de «Alguien voló sobre el nido del cuco»,
dejando que se encargara su hijo Michael, con lo que se le escapó un
nuevo Oscar. Finalmente, obtuvo uno honorífico en 1996, recibiendo
durante la gala el homenaje de Spielberg por su apoyo a Dalton Trumbo durante los años de la «caza de brujas».
-Puso la voz al vagabundo Chester J. Lampwick en el episodio «El día que murió la violencia» (1996) de la séptima temporada de «Los Simpson», una de las series favoritas de Stanley Kubrick, a quien aupó al principio de su carrera y al que acabó odiando casi a muerte tras el rodaje de «Espartaco» (1960), en la que hizo doblete como actor y productor.
-El 9 de diciembre de 2006 declaró: «Me llamo Kirk Douglas. Tal vez hayas oído hablar de mí. Si no... búscame en Google. Soy el papá de Michael Douglas y el suegro de Catherine Zeta-Jones. Hoy cumplo 90 años y, en mi caso, llegar a esta edad no es solo especial sino milagroso».
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