El Equipo A es la serie más repetida de la historia de la televisión española, con permiso de Verano Azul. Alguna vez hemos visto de nuevo a “Maikel Nait” a bordo de “Kit”, con su chupa de cuero y camisa prieta luciendo pelo en pecho, y Pipi Calzaslargas ha venido a dar la coña alguna que otra vez, pero lo del Equipo A es espectacular. Y digo que es espectacular porque, si bien Verano Azul tiene un argumento más o menos cautivador y juega con ventaja al ser producto nacional, El Equipo A ha sido repuesto mil y una veces sin tener nada especial que ofrecer: en todos los capítulos pasa lo mismo, absolutamente inmutable el guión.
¿Cuál es el desarrollo normal de un capítulo de El Equipo A?
Veamos:
- Alguien se pone en contacto con El Equipo A por la más estúpida de las circunstancias. Bien puede ser una comunidad de madereros que está siendo abusada por la patronal, representada por un maleante de tres al cuarto con tres amiguetes que tienen acojonados al personal; bien puede ser un antiguo amigo de algún miembro de la pandilla que reaparece tras años de ni llamar ni escribir; bien puede ser el padre misionero de una congregación a la que están puteando porque quieren los terrenos para montar un casino y un puticlub. Cualquier excusa es buena. ¿Qué pasa cuando El Equipo A acepta la misión?
- Para empezar tienen que sacar a Murdock del psiquiátrico. El tío debe de estar como una chufa, porque se ve que disfruta allí metido, con lo fácil que tiene estar fuera. Para sacar al pobre infeliz, Fénix se hace pasar por enfermero y dice que van a someter al paciente a pruebas en otro hospital. Si tiene que camelarse a una enfermera macizorra, se la camela, que para eso está.
- Con Murdock ya fuera del internado, empieza la acción. A veces, y para dar más vidilla a la cosa, la historia transcurre en un lugar lejano, y entonces M.A. monta la de dios porque no quiere ir en avión. Sin embargo, como el tío es más tonto que mis cojones que llevan 27 años juntos y ni se hablan, siempre se acaba dejando dopar y lo acaban subiendo a un avión que Murdock “ha tomado prestado” para la ocasión.
- Una vez, en el lugar de destino, El Equipo A va y frustra las acciones del malo de turno por primera vez, el cual agarra un cabreo de tres pares de cojones. ¿Pero estos cretinos quienes son? ¿De dónde han salido? -pregunta indignado. Recuperado del berrinche inicial, el malo reúne fuerzas y pone en aprietos a El Equipo A. Mientras, en algún lugar lejano y por alguna razón que no viene al caso, alguien le da un soplo al militar ese que ha consagrado su vida a meter al equipo en la cárcel. El tío se acerca por los lares todo convencido. Mientras, Fénix intima con la hija del jefe del sindicato, la novia del seminarista o lo que se tercie.
- La acción va subiendo de tono y el hilo argumental se divide en este punto en dos, para dar más variedad a los guiones:
- La comunidad a la que defiende El Equipo A se ve asediada que te cagas y espera la estocada final por parte del malote, el cual va a venir armado hasta los dientes y con su primo el de Zumosol.
- El Equipo A es puteado hasta la extenuación y capturado. El malo, como es gilipollas, los encierra en un Leroy-Merlin, un almacén de marquetería o en un arsenal.
- Aquí se acaban las licencias poéticas en el guión y el hilo argumental vuelve a unificarse: El Equipo A monta una defensa de la leche si es el caso del asedio, y si han sido encerrados en algún sitio, lo que montan es un vehículo cruce entre Volkswagen escarabajo y carro de combate con el que salen reventando la puerta del lugar en el que los tenían encerrados. Normalmente tienen todo el material necesario para fabricar el invento, pero a veces las condiciones son difíciles y Fénix tiene que hacerse pasar por doctor, vendedor, chapero, o por las tres cosas a la vez, para conseguir ese objeto imprescindible. Total, que salen y se monta un lío que te cagas.
- En un momento de la acción, M. A. y un Vitorino de su talla se enzarzan en una pelea particular. Se dan unas galletas el uno al otro que te llevas tú una por equivocación y te tienen que reconstruir la cara, pero ellos enlazan una detrás de otra y al final el M. A. le da para el pelo a su alter ego, por cabrón.
- Durante la refriega, que dura unos 5 minutos y a la que siempre ponen la misma música, se disparan más tiros que durante una guerra convencional. Las balas silban por todas partes y las granadas revientan en violentas explosiones. Afortunadamente, nadie sale herido.
- Durante la acción, el cacharro con ruedas que hayan construido para la ocasión dispara un pepinazo contra el coche de los malotes, que huyen despavoridos y normalmente montados en un jeep verde. El coche se eleva 10 metros sobre el suelo y aterriza dando vueltas sobre el duro asfalto. Sin embargo, los maleantes salen, jodidos pero vivos, con las manos en alto. Y los fabricantes de coches montando airbags de serie. Idiotas.
- Tras el follón generado, y una vez los malotes agrupados con las manos en alto y bajo control, Aníbal pone el pie encima de algo, muerde un puro y dice: “Me encanta que los planes salgan bien”, frase que ha calado ya en varias generaciones.
- Con el forajido de turno a buen recaudo, se realiza la despedida. Murdock saluda a alguien, MA consuela a un niño mientras bebe de un brik de leche, y Fénix le dice a la moza de turno que lo suyo no tiene futuro. En esas se oyen a lo lejos las sirenas del militar, el cual ha venido expresamente desde la otra punta del país cagando leches para capturarlos. Pero va y, como oyen las sirenas, El Equipo A lo ve venir y toman las de Villadiego. El pobre militar se queda con un palmo de narices pero contento de tener el papel asegurado en el próximo episodio.
- En algún lugar, antes o después de que llegue el pobre miliciano, Murdock dice una estupidez con un calcetín en la mano y MA se gira para zurrarle. En ese momento congelan la imagen y ponen los créditos: el capítulo se ha acabado.
El Equipo A en conjunto representa a cada uno de nosotros, pero además cada cual puede identificarse con el personaje que más le vaya. ¿Cómo se ha podido trabajar esta doble dualidad empática hasta el punto de poder rodar 300 episodios iguales y que nadie se canse? ¿Cómo es posible que El Equipo A marque tanto paquete? Veamos uno a uno sus miembros.
- Aníbal Smith: Hannibal, creo recordar. Para el caso es lo mismo. Es la encarnación del “puto amo” por excelencia. Nunca se mancha las manos, nunca pierde la calma, siempre tiene un plan B, siempre tiene la situación bajo control y, si viene al caso, se camela una nenita por la misión. ¿Quién no quiere ser así? ¿Quién no quiere ser “el puto amo (tm)”? Mayores y pequeños se identifican pefectamente con el personaje.
- M.A. Barrakus: La pieza de color (negro) que permite que la serie llegue al colectivo afroamericano y que aquí en España despierte simpatías. ¿Quién no quiere repartir las galletas que reparte el payo, llevar el corte de pelo que lleva sin que se te descojonen o llevar 100 kilos en quincalla dorada sin que se te parta el espinazo? MA es la fuerza del equipo, el integrador de minorías y también “el puto amo”, porque nunca va a la peluquería y probablemente lo que lleva en la cabeza se lo hace él mismo, como comentamos la semana pasada.
- Fénix: Este sí que es un figura, ese Casanova que todos llevamos dentro y al que no hay nenita que se le resista. Es el paladín de la buena eduación, la tarjeta de presentación del equipo, capaz de derribar barreras, mangar trastos y finiquitar virginidades. Todo en uno.
- Murdock: Representa el lado “creativo”, ese genio chiflado e incomprendido que todos llevamos dentro. El tío vive en un psiquiátrico del que entra y sale cuando le viene en gana para descojone de la audiencia. Probablemente no sería capaz de leer un libro de 100 páginas, pero el tío pilota cualquier cosa que lleve alas con una destreza innegable, y eso que la norma es que el aparato en cuestión lleve varios balazos en la deriva de cola y vaya perdiendo gasolina. Tanta genialidad tiene un precio, y es que el pobre no se come un rosco. Esto es fundamental, porque si bien todo el mundo se quisiera identificar con Fénix en ese aspecto, es obvio que no hay pan para todos, y es entonces cuando puede uno identificarse con Murdock. Él no liga porque es un “excéntrico” y un genio, y las nenas no lo comprenden y le temen porque lleva un calcetín con ojos en el bolsillo. Pero a Murdock le importa un carajo el “qué dirán”.
- El sudamericano: El tío era un tópico tras otro. Detrás de la tez morena de haber estado a la solana toreando o rondando una moza guitarra en mano, había un nombre típico español, y el tío no podía llevar un corte de pelo como los demás, sino que tenía que llevar una coleta que a más de un jardinero crisparía los nervios. No sé el colectivo sudamericano si se sentiría identificado, pero yo desde luego no.
- La señorita: Tenía una profesión respetable, perodista, no como el resto, que eran unos fugitivos y unos muertos de hambre. La tía iba siempre de punta en blanco y, lógicamente, era inmune a los encantos de Fénix. Para muchos de nosotros la serie murió con semejante incorporación, que convertía a El Equipo A en una reunión de Tupperware.
http://www.elsentidodelavida.net/clasicos-revisitados-el-equipo?page=1
No hay comentarios:
Publicar un comentario